
Reporta La Razón que la tragedia de la familia Saba pudo ser mayor. Antes de subir al helicóptero que los traería del aeropuerto de Toluca a la ciudad de México, seis de ellos prefirieron viajar por carretera, incluido el empresario Alberto Saba Raffoul, según se desprende de la lista de pasajeros.
Minutos después se enteraron de la noticia: la aeronave en la que viajaban Moisés Saba Masri y su familia, un helicóptero Augusta 109, matrícula XAL-SA, se desplomó. Del percance no hubo sobrevivientes.
Rodrigo Hernández, inspector de vuelo del aeropuerto de Toluca, reveló a La Razón que eran diez los integrantes de la familia Saba que llegaron de Nueva York, pero sólo cuatro subieron al helicóptero.
Carlos Marín lo relata así en Milenio:
La noche del domingo, Moisés y su esposa Adela; su hijo Alberto, su nuera Judith y el piloto Armando Fernández, no eran los únicos que iban a subir al helicóptero de la tragedia.
De Nueva York, también con ellos llegaron a Toluca Victoria, Alberto y Raquel, madre, padre y hermana del joven, amoroso y brillante Moshe… pero optaron por completar su retorno a la Ciudad de México en automóvil.
Poco antes del abordaje, Raquel le dijo a Moisés que de noche no subiría al helicóptero; él quiso convencerla, pero ella estaba decidida y animó a sus padres a tomar los tres la carretera.
Ayer, concluido el sepelio en el panteón Jardín, a la antigua casa de Moisés y Adela llegaron Victoria y Raquel apuntalando a don Alberto: ellas estremecidas y dolientes pero enteras, él 15 años más viejo de como lo despidió el domingo en Nueva York su hija Miriam.
Semiderrumbado, el nuevo ¿huérfano?, ¿viudo? del único hijo varón no dejaba de musitar “me quiero morir…”, pero sabe que su familia necesita que siga siendo el patriarca.
Minutos después se enteraron de la noticia: la aeronave en la que viajaban Moisés Saba Masri y su familia, un helicóptero Augusta 109, matrícula XAL-SA, se desplomó. Del percance no hubo sobrevivientes.
Rodrigo Hernández, inspector de vuelo del aeropuerto de Toluca, reveló a La Razón que eran diez los integrantes de la familia Saba que llegaron de Nueva York, pero sólo cuatro subieron al helicóptero.
Carlos Marín lo relata así en Milenio:
La noche del domingo, Moisés y su esposa Adela; su hijo Alberto, su nuera Judith y el piloto Armando Fernández, no eran los únicos que iban a subir al helicóptero de la tragedia.
De Nueva York, también con ellos llegaron a Toluca Victoria, Alberto y Raquel, madre, padre y hermana del joven, amoroso y brillante Moshe… pero optaron por completar su retorno a la Ciudad de México en automóvil.
Poco antes del abordaje, Raquel le dijo a Moisés que de noche no subiría al helicóptero; él quiso convencerla, pero ella estaba decidida y animó a sus padres a tomar los tres la carretera.
Ayer, concluido el sepelio en el panteón Jardín, a la antigua casa de Moisés y Adela llegaron Victoria y Raquel apuntalando a don Alberto: ellas estremecidas y dolientes pero enteras, él 15 años más viejo de como lo despidió el domingo en Nueva York su hija Miriam.
Semiderrumbado, el nuevo ¿huérfano?, ¿viudo? del único hijo varón no dejaba de musitar “me quiero morir…”, pero sabe que su familia necesita que siga siendo el patriarca.
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