lunes, 25 de enero de 2010

Verdugo de Yemen ha ejecutado a 130. Su padre, a dos mil 894

El verdugo de Yemen. Foto de El Mundo

Sintetiza El Mundo:

El ejecutor de Yemen muestra su cara: «Tengo 29 años y siempre quise hacer lo que mi padre, que mató a 2.894 personas» «Piense en un cirujano que abre el cuerpo del paciente. ¿Quiere decir que es cruel?» «La espada requiere mucha fuerza. Con el fusil se sufre menos»

Y relata:

Talal Al-Taib tenía 11 años cuando concertó su primera cita con la muerte. Estaba en la escuela y un profesor le advirtió que no se inquietara al escuchar disparos. Las autoridades habían programado una ejecución en los alrededores.
El pequeño llevaba tiempo intentando convencer a sus compañeros del desempeño de su padre. No le creían. Por eso decidió escaparse de clase y asistir al ajusticiamiento. Aquel día el verdugo, su progenitor, no mató a una, sino a 10 personas. Una tras otra. Entre ellas a una mujer que había quemado vivo a uno de sus hijastros.
El menor sentía una fascinación inexplicable hacia el cometido de su padre. Verle rodeado de multitudes le inclinaba a pensar que era una persona muy importante. «Cuando acabó todo me acerqué y le di la mano. Cogí el kalashnikov y nos fuimos andando, abrazados. Entonces [mis compañeros de colegio] me creyeron. Estaba muy orgulloso», rememora Talal en su domicilio de Saná.

Se siente como un cirujano. AQUI

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