Reporta Excélsior:Paulette Gebara Farah, la niña de cuatro años desaparecida el 22 de marzo en Interlomas y cuyo cadáver fue hallado diez días después entre las cobijas de su cama, no fue asesinada, sino que falleció por asfixia ocasionada por la opresión de su torso y de sus fosas nasales, tras haber caído entre el colchón, sus cobijas y la madera que estaba colocada en la parte baja de su lecho, según determinó la Procuraduría General de la República, en el informe sobre el caso que elaboró a petición de su homóloga mexiquense.
Asimismo, la PGR estableció que los padres de la niña, Lisette Farah y Mauricio Gebara, no pasaron las pruebas del polígrafo (detector de mentiras) por lo que se establece que ocultan la verdad cuando se trata de reconstruir lo que hicieron después de que la niña fue acostada en su cama.
La dependencia federal determinó, además, que la muerte se dio entre cinco y seis horas después de que Paulette fue acostada.
En el informe se precisa que la pequeña murió por asfixia, debido a que cayó por la ranura entre el colchón y la base de madera de la parte baja de la cama, estableciéndose que el cráneo de la niña mide 14.4 centímetros, mientras que el espacio donde cayó tiene una medición de 14.9, lo que permitió que se introdujera fácilmente en la parte baja de la cama, mientras que la parte baja del edredón, el colchón y la madera impidieron su respiración, provocándole la muerte. La PGR establece que la niña fue hallada con los dedos medio y anular en la boca, y su cuerpo quedó en la parte baja del edredón que rebasaba los 35 centímetros por debajo del colchón.
De hecho, cuando es encontrado el cuerpo se nota que parte de su cabello está con dirección hacia arriba, lo que fue provocado por los peritos del Estado de México cuando jalaron la sábana superior, para dársela a oler a un perro para su rastreo, durante los primeros días de la búsqueda.
Tras realizar una secuencia fotográfica del cuarto de la niña, imágenes que fueron tomadas durante los nueve días que estuvo desaparecida, se pudo establecer que el edredón tiene un tramado en cuadros, y se observa claramente en las distintas ocasiones que el edredón nunca fue quitado para el tendido de la cama, además de que las sabanas donde durmió Paulette tenían rastros de saliva y orina, que la niña fue dejando en su recorrido cuando cayó en la parte baja de la cama.
Estas son algunas de las certezas de la PGR, tras análisis periciales:
- La niña murió entre cinco y seis horas después de que fue acostada, el pasado 21
de marzo. - Durante el tiempo que duró la búsqueda, nunca fueron retiradas completamente las cobijas de la cama donde fue hallada posteriormente.
- La mecánica que se establecía para dormirla fue lo que ocasionó que la niña muriera
en la parte baja de su cama, ya que se le colocaban dos almohadones a los lados, lo que prácticamente formaba un túnel que la condujo a la parte baja de la cama, a la cual, además, no estaba acostumbrada. - El cuerpo no fue manipulado, permaneció en el mismo lugar donde cayó desde la noche del 21 de marzo, por lo que se descarta el homicidio.
- El cadáver no emitió olor por descomposición, ya que Paulette nunca presentó rompimiento de pápulas, lo que causa que un cadáver emita olores; la condición ambiental del cuarto y la baja cantidad de grasa de la niña también contribuyeron.



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